Tus cristales trabajan mucho en tu vida. Y como todo lo que trabaja duro, necesitan un descanso de vez en cuando. Limpiar tus cristales es como darles unas vacaciones. Piensa en ello como una forma de dejarlos descansar, para que puedan volver más fuertes que antes: listos para asumir cualquier cosa para la que los necesites.
La limpieza también es importante desde un punto de vista práctico. Si no limpias tus cristales, las energías negativas que absorben pueden empezar a acumularse, interfiriendo en su capacidad para hacer su trabajo. Así que, si quieres que tus cristales funcionen lo mejor posible, es importante que los mantengas en plena forma.
Lo bueno, entonces, es que limpiar tus cristales es fácil de hacer. Existen varios métodos: siempre habrá uno o dos que se adapten no sólo a tus cristales, sino también a tu estilo de vida. Sigue leyendo para conocer algunos de los métodos más populares para limpiar cristales.
Historia de la limpieza con cristales
Todo lo que sabemos sobre la limpieza con cristales nos llega de las culturas antiguas de todo el mundo. Tras siglos de ensayo y error, nos han transmitido su sabiduría para que podamos beneficiarnos de sus conocimientos.
Por qué es esencial limpiar los cristales
El viaje de tu cristal hasta ti contiene varios pasos. Desde la recolección hasta el transporte, cada punto de contacto expone tu cristal a energía negativa potencial. Cuando llega a ti, puede estar lleno de malas intenciones.
Limpiar el cristal ayuda a devolverlo a su estado original y a realinearlo con tus energías e intenciones. Esto no sólo permite que el cristal rinda al máximo, sino que también garantiza su longevidad.
Cómo limpiar los cristales
Hay varias formas de limpiar tus cristales. Todos tenemos nuestras favoritas: prueba un par de ellas hasta que encuentres el método que mejor te funcione.
Agua
El agua es uno de los elementos que puede devolver el cristal a sus raíces en la tierra, lo que la convierte en una forma ideal de limpiar la energía negativa de tus piedras. El mejor tipo de agua corriente es la que se encuentra en la naturaleza, como un río o un arroyo, pero si eso no es posible, el agua del grifo servirá.
Todo lo que tienes que hacer es mantener la piedra bajo el chorro de agua durante cuatro o cinco minutos, secarla con un paño limpio y ¡listo!
Arroz
El mismo concepto de utilizar arroz para limpiar el agua de los aparatos electrónicos puede aplicarse a la limpieza de cristales. El arroz integral es conocido por absorber la negatividad, así que si dejas el cristal en un bol de arroz durante la noche, podrás limpiarlo de cualquier energía negativa que pueda estar albergando.
24 horas es el tiempo mínimo que debes dejar el cristal en el arroz, pero para obtener resultados óptimos, puedes dejarlo más tiempo. Este método es especialmente útil para limpiar piedras protectoras.
Luz solar o lunar
Aprovechar las energías solares o lunares es una forma tradicional de limpiar los cristales. En general, el sol les infundirá vitalidad, mientras que la luz de la luna fomentará las vibraciones reconstituyentes e introspectivas. También puedes dejar tus cristales en el alféizar de una ventana o en el exterior durante la noche para que absorban estas energías naturales, ¡sin complicaciones!
Lo único que hay que tener en cuenta es el calor (el sol puede ser muy intenso, sobre todo en verano) y el agua (lluvia, nieve, etc.). Conoce las condiciones meteorológicas de tu zona y adáptate a ellas.
Salvia
Esta hierba no sólo huele bien, sino que también tiene propiedades limpiadoras que pueden utilizarse para limpiar tus cristales. Si tu cristal ha estado expuesto a energía negativa, la salvia puede ayudar a limpiarlo y devolverlo a su estado original.
Esto es lo que tienes que hacer
- Coloca tu cristal sobre una superficie plana.
- Enciende la salvia y deja que el humo envuelva el cristal.
- Mientras lo haces, visualiza la energía negativa que se libera del cristal.
- Una vez que la salvia se haya consumido, utiliza un paño limpio para limpiar cualquier residuo.
Si quieres saber cómo limpiar cristales con varitas de incienso u otras hierbas, ¡sigue los mismos pasos generales anteriores!
Sonido
Puedes utilizar cualquier cosa que vibre para limpiar tus cristales, desde un diapasón hasta tu voz. Una grabación puede funcionar en caso de apuro, pero no es tan eficaz como el sonido en directo.
Para obtener los mejores resultados, invierte en un cuenco tibetano.
Nos gusta utilizar cuencos tibetanos más pequeños (que producen un sonido agudo) para limpiar piedras más blandas como Selenitay cuencos más grandes (que producen un tono más grave y profundo) para piedras más duras como la Cuarzo ahumado.
Así es como lo hacemos:
- Coloque sus piedras sobre una superficie limpia y plana.
- Sujeta el cuenco con la mano no dominante y golpéalo suavemente con el percutor de madera para crear un sonido de timbre. Acerca poco a poco el cuenco a las piedras.
- Cuando sientas que tus piedras se aclimatan al sonido, pasa el percutor por el borde del cuenco para crear un sonido sostenido.
- Gira el cuenco en el sentido de las agujas del reloj para que las ondas sonoras se muevan en espiral alrededor de las piedras.
- Deja que el sonido se disipe de forma natural al cabo de 5 o 10 minutos. El silencio puede ser tan curativo como el sonido, así que no tengas prisa por dejar de sonar.
Utilizar una piedra más grande
Si lo que quieres es tener tu cristal listo nada más levantarte por la mañana, lo mejor es conseguir una piedra extra grande.
No importa lo grandes que sean tus piedras favoritas, sólo tienes que preocuparte de encontrar una aún más grande. Busca algo que pueda soportar todos tus cristales a la vez sin caerse, como una geoda, un racimo o una losa.
Selenita son nuestro método preferido. Relativamente asequibles y fáciles de encontrar, las losas de selenita actúan como un soporte natural para cualquier cristal de su superficie.
¡Es increíblemente fácil!
- Coge las piedras que quieras cargar y colócalas encima de la losa de selenita. Utiliza un cuenco si te preocupa que se caigan.
- Déjalas allí durante al menos ocho horas; según nuestra experiencia, lo ideal es entre 18 y 24 horas.
Uso de piedras más pequeñas
No te preocupes si no tienes (o no encuentras) piedras lo suficientemente grandes como para soportar todos los cristales a la vez. Utiliza piedras más pequeñas.
El proceso es similar al de utilizar una piedra grande, pero al revés: creas un lecho de piedras más pequeñas sobre las que descansan los cristales. Las mejores piedras para este método son Cuarzo claro y Hematites.
Repasemos los pasos:
- Reúne un puñado de piedras pequeñas y limpias. Recomendamos piedras pulidas, menos bordes dentados de los que preocuparse.
- Colócalas en un cuenco pequeño, un vaso u otro recipiente. Llénalo hasta que las piedras queden ajustadas pero no apretadas.
- Coloque suavemente las piedras que desea limpiar sobre el lecho de piedras más pequeñas.
- Igual que en el caso anterior, ocho horas son suficientes para la limpieza diaria, pero de 18 a 24 es lo ideal.
Respiración
Este método, más adecuado para piedras pequeñas que se puedan sostener cómodamente en la mano, sólo requiere concentrar la atención y respirar.
Es más fácil decirlo que hacerlo, por eso recomendamos este método para momentos en los que puedas concentrarte en la tarea que tienes entre manos, como a primera hora de la mañana o justo antes de acostarte.
Así es como funciona:
- Respira hondo varias veces y deja que tu cuerpo se relaje.
- Concentra lentamente tu mente en la tarea que tienes entre manos: limpiar tus cristales.
- Con la piedra en la mano dominante, acércala al corazón.
- Mira el cristal y, mientras exhalas en ráfagas cortas y constantes, imagina que tu respiración se lleva toda la energía negativa que se aferra a la piedra. 30 segundos de respiración sostenida bastarán.
Visualización de
Todo lo que tienes que hacer es sostener el cristal entre las manos y visualizar una luz brillante que lo rodea. Pero como en todo lo que merece la pena, la clave está en los detalles.
Aquí tienes algunos consejos para limpiar tus cristales mediante la visualización que nos gustaría haber conocido al principio:
- Los malos instrumentos no pueden hacer buena música, por muy hábil que sea el músico. Puesto que lo único que utilizas aquí es tu mente, si te sientes disperso, estresado o, en general, no muy bien, quizá sea mejor que pospongas la limpieza de tus cristales hasta que estés mejor de la cabeza.
- La calidad de la visualización es importante. Visualiza la luz brillante y radiante, no tenue ni parpadeante.
- Asegúrate de que tu espacio físico es propicio para la relajación. Elige un lugar cómodo para sentarte o tumbarte, donde no te interrumpan.
Preguntas frecuentes sobre la limpieza con cristales
¿Cuál es el mejor método para limpiar piedras?
Cómo limpiar y cargar tus cristales es algo muy personal. Puedes preguntar a varios coleccionistas diferentes "¿cómo se limpian los cristales?" y obtener varias respuestas distintas.
Prueba todos los métodos hasta que encuentres el que mejor se adapte a ti y a tu energía.
¿Cómo saber cuándo limpiar?
Saber cómo limpiar tus cristales es sólo la mitad de la batalla. Además de cómo limpiar las piedras, también tienes que saber cuándo. En esta decisión intervienen muchos factores, como la frecuencia de uso del cristal y el tipo de energía a la que ha estado expuesto.
Estar en sintonía con el cuerpo y la mente es la mejor manera de saber cuándo un cristal necesita limpieza. Pero la regla general es que cuanto más utilices el cristal, más a menudo tendrás que limpiarlo.
¿Cuál es la diferencia entre limpiar y cargar cristales?
Muchos métodos de limpieza funcionan como métodos de carga, pero estos dos conceptos difieren.
La limpieza consiste en eliminar la energía negativa del cristal, mientras que la carga se centra en infundirle energía positiva.
Algunos cristales no necesitan limpiarse tan a menudo debido a su estructura interna; estos mismos cristales pueden utilizarse para cargar otros cristales.
¿Con qué frecuencia debo limpiar mis piedras?
La mayoría de las piedras deben limpiarse con regularidad, sobre todo si se utilizan mucho.
Sin embargo, hay algunas excepciones. Algunas piedras son tan frágiles que no pueden soportar los rigores de la limpieza y se romperán con el tiempo si las limpias con demasiada frecuencia.
Lo mejor es consultar a una fuente fiable (¡como nosotros!) antes de limpiar cualquier piedra. Si no estás seguro de una piedra en particular, peca de precavido y no la limpies antes de comprobarlo.
¿Cómo sé si una piedra está limpia?
Dar una respuesta exacta a esta pregunta es como intentar describir el color azul a alguien que nunca lo ha visto. Sin embargo, una buena regla general es que si tiene la sensación de que la piedra está limpia, probablemente lo esté.
La conclusión es que la limpieza de los cristales es un proceso personal que requiere estar en sintonía con las piedras y con uno mismo. Opta siempre por lo que te haga sentir bien.
¿Qué debo hacer con mis piedras después de limpiarlas?
Una piedra limpia y brillante está preparada y lista para absorber cualquier energía que le envíes.
Para programarlas con la intención deseada, sostenga la piedra entre las manos y concéntrese en lo que quiere conseguir. Visualiza tu objetivo lo más vívidamente posible e infunde esa energía en la piedra.
También puedes aprovechar esta oportunidad para limpiar tu campo energético estableciendo la intención de que cualquier negatividad o energía no deseada se transfiera a la piedra.
Cuando hayas terminado, vuelve a colocar la piedra en su altar o en su lugar especial y deja que haga su trabajo.
Precauciones para la limpieza
No todos los cristales son iguales. Algunos son más delicados que otros y pueden dañarse fácilmente con el agua, la sal o la luz solar. Infórmate bien antes de limpiar tus cristales para evitar posibles accidentes.
Conclusión
Todos los métodos mencionados tienen sus pros y sus contras, así que al final todo depende de con qué te sientas más cómodo.
Si no sabes por dónde empezar, te recomendamos el método que requiere menos esfuerzo: utilizar cristales o piedras grandes. No sólo requiere poco mantenimiento, sino que también es relativamente infalible. Una vez que le cojas el truco a limpiar tus cristales con un método, ¡no dudes en experimentar con otros para ver cuál te funciona mejor!
2 comentarios
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